EVANGELIO DE MARCOS.

12.06.2013 18:08

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Marcos cap. 16: v 1 al v 20

Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María madre de Santiago y Salomé compraron aromas para embalsamar el cuerpo. Y muy temprano, en ese primer día de la semana, llegaron al sepulcro apenas salido el sol. Se decían unas a otras: <¿Quién nos removerá la piedra del sepulcro?> Pero, cuando miraron, vieron que la piedra había sido echada a un lado, y eso que era una piedra muy grande.
Al entrar en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido enteramente de blanco, y se asustaron. Pero él les dijo: <No se asusten. Ustedes buscan a Jesús Nazareno, el que fue crucificado. Resucitó; no está aquí; este es el lugar donde lo pusieron, ¿no es cierto? Ahora bien, vayan a decir a Pedro y a los otros discípulos que Jesús se les adelanta camino de Galilea. Allí lo verán tal como él se lo dijo.>
Entonces las mujeres salieron corriendo del sepulcro. Estaban asustadas y asombradas y no dijeron nada a nadie, de tanto miedo que tenían.
Jesús resucitó en la madrugada del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete espíritus malos. Ella fue a anunciárselo a los que habían sido compañeros de Jesús y que estaban tristes y lloraban. Pero al oírle decir que vivía y que lo había visto, no lo creyeron.
Después Jesús se apareció bajo otra figura a dos de ellos cuando iban al campo. Estos volvieron a contárselo a los demás, pero tampoco los creyeron.
Por último Jesús se apareció a los once discípulos cuando estaban comiendo. Jesús los reprendió por su falta de fe y su porfía en no creer a los que lo habían visto resucitado.
Y les dijo: <Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará, el que se resista a creer se condenará. Y estas señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre echarán los espíritus malos, hablarán en nuevas lenguas, tomarán con sus manos las serpientes y, si beben algún veneno, no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán.>
Así, pues, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Y los discípulos salieron a predicar por todas partes con la ayuda del Señor, el cual confirmaba su mensaje con las señales que lo acompañaban.

ENSAYO:

Esto fue el viernes, pasó el sábado y llegó el domingo, son tres tiempos en los que Jesús da por cumplida la encomienda a la que fue enviado. Primero: liberar a los esclavos de sus cadenas. Segundo: rescatar las llaves del Paraíso. Y tercero: restaurar la vida eterna en el momento de su resurrección, al ser transformado de su estado humano natural en el que fue enviado, al estado espiritual de donde vino y a donde regresa en su condición de ser el Unigénito de Dios y ocupar su trono en los Altos Cielos, todo esto estaba sucediendo bajo la mirada vigilante del Ángel del Señor vestido de blanco. Cuando se han cumplido estos tres tiempos en Jesús, estaremos siendo enviados para que los tiempos que corresponden al hombre se cumplan en sus discípulos y recibir en el cuerpo, alma y espíritu, al Espíritu de la verdad para formar con la trinidad humana y la Santísima Trinidad de Dios un sólo cuerpo en frecuencia, sintonía y sinfonía perfecta.
Antes de que esto suceda y seamos enviados con lo que Jesús nos encomienda, sabemos que él irá delante de nosotros para prepararnos el camino, y al mismo tiempo estaremos delante de él para ser fortalecidos en el espíritu, sólo que antes de que esto sea, muchos de los que dijeron creer en Jesús negarán de muchas maneras que el ha resucitado porque solamente han oído de lejos su enseñanza y se han involucrado en enseñanzas y mandatos de hombre, por lo que los favores y milagros que han experimentado en sus vidas lo agradecen más al hombre que a Dios, ya que dudan de que Jesús es el Unigénito de Dios, porque ven en él a un ser humano con ciertas aptitudes, que recibió una especie de iluminación en la que recibió los conocimientos suficientes para realizar los prodigios que muchos conocemos, y por esto muchos lo han convertido más en una especie de mago, que como el Unigénito de Dios.
Muchos también lo negarán porque transmitirán su enseñanza como ellos piensan que está bien y no de acuerdo a la voluntad de Dios. Pero, gloria, honra y alabanza a Dios, porque cuando todos aquellos que de alguna manera lo han negado se empiecen a alimentar verdaderamente de su Palabra a través del estudio, reflexión y meditación de su enseñanza, empezarán a recibir poco a poco en sus mentes al Espíritu de la Verdad para recibir los dones y el Fruto del Espíritu para dar amor, fe y esperanza en el Nombre de Jesús. Pero, si aún después de todo persisten en sus pensamientos de humana sabiduría, él les llamará la atención por su falta de fe y su soberbia por no permanecer fieles a la voluntad de Dios. Entonces, todos aquellos que rectifiquen su postura y se esmeren en guardar y enseñar la Palabra de Jesús con fidelidad, serán enviados a anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios por donde quiera que anden, y el que crea en Jesús y haya sido bautizado en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo se salvará, pero el que se resista a creer, se condenará a si mismo a seguir encadenado a las condiciones que ha impuesto al que le fue entregado el mundo, a Satanás, el mismo que quiso tentar a Jesús en el desierto al ofrecerle el poder y las riquezas mundanas, Satanás, ese que hace creer al hombre que lo más importante en sus vidas es todo ese oropel materialista, al igual que todo el conocimiento que proporciona sabiduría humana que les hará alcanzar poder sobre los demás y diferentes niveles de riqueza que los hará ser reconocidos como gente importante, y se sentirán falsamente realizados, pero: ¡cuidado! Porque el costo será muy elevado, ya que la factura que se tendrá que pagar tarde o temprano, será adicionada con disputas, miedos, envidias, contiendas, frustraciones, intranquilidad, desamor, y muchas cargas negativas más aún hasta dentro de sus propias familias.
Si guardamos y enseñamos a cumplir con fidelidad la enseñanza de Jesús, en su Nombre echaremos fuera a los espíritus malos, hablaremos Palabra de Dios y no seremos contaminados con creencias que quieran envenenar su Palabra, pondremos las manos sobre los enfermos del alma que no han podido ver la verdad de la Palabra, y les será devuelta la vista a los ciegos y serán levantados para seguirla, guardarla y enseñarla a cumplir como la voluntad de Dios a través de su estudio, reflexión y meditación, y él sanará todos sus males y satisfará todas y cada una de sus necesidades. Amén.